jueves, 26 de noviembre de 2009

El SOAT se consume en las clínicas
Cristian Simbaña nunca llegó al cumpleaños que él organizó para Jefferson Parra. A las 19:00 del viernes 29 de mayo una buseta conducida por un chofer en estado etílico arrolló la moto en el que los dos jóvenes retornaban a las casas luego de dejar todo listo para la fiesta del siguiente día.Las víctimas, que no superaban los 20 años, quedaron abandonadas en una de las calles del barrio Sierra Hermosa, en Calderón. Tras esperar 45 minutos en la vía, los dos fueron llevados a la Clínica Cotocollao, en el norte de Quito. Allí pasaron cuatro días, pero el Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (SOAT), que tiene cupo máximo de USD 2 500, solamente cubrió la primera noche en el caso de Simbaña y un día y medio con Parra.Luego de terminada esa cobertura, los familiares de los pacientes lograron trasladarlos al hospital estatal Eugenio Espejo, para seguir con el tratamiento. Esa casa asistencial frecuentemente recibe a pacientes enviados desde clínicas privadas, pero sin saldo en el SOAT. En enero, por ejemplo, atendió a 96 accidentados. De ellos, 22 permanecieron inicialmente en un centro privado. Y entre septiembre y octubre últimos cubrió a 41 personas remitidas de las clínicas. Datos de las Veedurías y de Corposoat revelan que entre marzo y diciembre de 2008, este seguro cubrió a 11 021 personas a escala nacional. Se calcula que el 66% de ese total fue atendido en hospitales particulares. El director del Eugenio Espejo, Álex Camacho, alerta que todos son remitidos a los centros públicos solo cuando se termina el cupo del SOAT. Esto “pese a que no fueron sometidos a intervenciones que urge el paciente”.

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